#SerdelGancho es saber a qué huele el Mercado Central.
Es cruzar por el Callejón del Sacramento, Casta Álvarez, Las Armas, San Blas, San Pablo y Boggiero, hasta llegar a Conde de Aranda sin perder la consciencia de donde estás.
#SerdelGancho es jugar de pequeña en San Juan de los Panetes porque no había ningún parque cerca.
Es saber que la Plaza del Pilar es un paisaje cotidiano en tu retina.
#SerdelGancho es haber visto el Teatro del Mercado como depósito municipal lleno de farolas en desuso.
Comprarte los churros en invierno y los helados en verano en ese extraño local en la esquina de las Murallas que iba alternando un negocio u otro según la estación del año.
#SerdelGancho es saber que al lado de tu casa estuvo la sede la Inquisición y que Zaragoza está lleno de túneles que van a parar al Ebro.
#SerdelGancho es haber entrado muchas veces a la Casa Amparo porque algunas de tus monjitas vivían allí.
Es haber comprado medicamentos en la “farmacia de los Villaumbrosía”, leche y huevos en “Ascensión”, de todo en el “Señor Valentín”, haberte cortado el pelo en “Pepe” primero en la “Milagros” después.
#SerdelGancho es ver ese mostrador hecho con sacos de legumbres y pedir la vez cuando entrabas a las tiendas. Es saber que las “Galletas Villacampa” llevan toda la vida en el barrio.
Es saber que dentro de esa diminuta tienda marrón estaba el “Tío Miserias” para venderte material escolar y chuches, sobre todo chuches y sentirte poderosa con 1 peseta para gastar.
#SerdelGancho es haber subido alucinando las primeras escaleras mecánicas de España, la del “Sepu Viejo”. Y haber paseado por esa planta de arriba, dando vueltas y entusiasmada de ver tanta ropa junta.
Es salir con tus padres la noche del 5 de enero porque las tiendas cerraban a las 12 para que a los Reyes les diera tiempo de recoger todos los juguetes que habíamos pedido. Y haber vivido unos días con la tortura de saber que, si no me portaba bien, "Pinzón" se chivaría a Baltasar, que era mi Rey Mago favorito.
#SerdelGancho es tomar vermú con berberechos en “Los Tres Hermanos” en la Plaza de San Pablo los días que tu padre libraba. Nunca en fin de semana.
#SerdelGancho es conocer la Taberna Aragonesa porque tu padre trabajaba allí, cruzando la Puerta del Carmen.
#SerdelGancho es saber dónde está la C/ del Violín y la del Desengaño.
Es recordar el Palacio de Fuenclara que primero fue cine (según mis recuerdos), luego "casa de vecinos" y ahora un símbolo de tristeza infinita al ver como abandonamos nuestro patrimonio.
#SerdelGancho es saber que solo en "La Reina de las Tintas" iba a encontrar lo que me pedían en el cole y llenarme de ese olor a lapicero y papel que quedaría en mí para siempre.
#SerdelGancho es haber ido con tu madre y tus hermanos con una banqueta a la esquina del Mercado, a sentarte durante horas para estar en primera fila cuando pasase la procesión, “La Larga”.
Es saber que salía de San Cayetano y volvía a terminar allí.
#SerdelGancho es saber que San Blas está en San Pablo.
Es haber visto el tranvía pasar por delante de tu casa, y de noche casi extasiarte viendo como el viento hacía mover la farola que iba de acera a acera sujeta por un cable.
#SerdelGancho es pisar adoquines, muchas veces, muchos años.
Es imaginar de adulta el frío que debiste pasar en tu casa de Predicadores y sin embargo no recordarlo.
#SerdelGancho es ver llorar de humedad las paredes en aquella vivienda de alquiler propiedad de Doña María, como casi todas las de la calle.
Es haber tenido una alcoba (sin ventanas) donde dormía nuestra tía Concha primero y mi hermano después.
#SerdelGancho es “sentir” que Zaragoza es la ciudad a la que siempre querrás volver.
Es ir a misa los domingos a San Pablo y entrar por la puerta de San Blas, y aburrirte, aburrirte mucho y estar harta de contemplar las puertas del retablo mayor buscando algo donde inventarte una historia.
Es estremecerte viendo a tu madre cantar con fervor las canciones de la misa, y escucharla repetir junto al cura la letanía de la liturgia.
Es que un cura no te permita confesarte por llevar una camiseta de tirantes con 8 años y con ello, nunca jamás, volver a arrodillarte delante de nadie para pedir perdón por tus pecados.
#SerdelGancho es haber añorado siempre “La Torre Nueva” aunque nunca la hubieras conocido.
Es saber que “El Palacio de los Duques de Villahermosa” había sido cárcel de mujeres y pasar con miedo por delante imaginando que una presa iba a sacar su brazo por esa ventana con rejas y te iba a llevar para adentro.
#SerdelGancho es haber visto coches circulando por la Plaza del Pilar y aparcando delante de los entonces juzgados. Y saber que esos porches apestan a orines.
Es pedirle a tu padre que te compre un barquillo en la esquina de “La Lonja” y ser feliz cuando te llevaba al “Cine Pax” a ver películas de Disney.
#SerdelGancho es descubrir el cine en los Padres Escolapios y ver películas del Zorro, Fumanchu y sobre todo de Romanos y ya entonces no creer que renunciar a tu fe mereciese morir en las fauces de un león.
#SerdelGancho es haber comprado morera para los gusanos de seda en los porches del Mercado Central.
#SerdelGancho es haber entrado muerta de miedo al oscuro “La Seo”, haberlo visto cerrado durante décadas y maravillarte después arrullada por un canto gregoriano.
#SerdelGancho es haber ido hasta los 10 años al cole del Pilar en Predicadores, y cerrarlo después (nunca he entendido porqué). Y dispersar a las niñas y acabar en el Carmen y San José (jamás he sentido nada por ese colegio).
Que el mejor tortazo de tu vida te lo diera Sor Resú, cuando apenas tenía 3 años. Lanzar en su enorme patio mi primera canasta de baloncesto y engancharme a él para siempre.
Ir de niña responsable acompañando a un buen puñado de pequeñas y contar las cortinas rojas de Aguadores y Cerezo, sabiendo lo que había detrás.
#SerdelGancho marca tu forma de ver la vida y te convierte un poco en la persona que eres.