06 Sep
06Sep

Hola, mi nombre es Lincoln.

La verdad es que me encanta mi nombre. 

Durante un tiempo Borja y Pilar estuvieron debatiendo si ponerme Lincoln o Morgan, en honor al Gran "Morgan Freeman", pero al final se decidieron por este que como os digo "Me Encanta"

Esta idea loca (como todas las nuestras) de yo escribir por aquí, surgió a raíz de ver Pilar una peli que le recomendó su compa Ceci ... "Mi Amigo Enzo" en realidad con el título "El Arte de vivir bajo la lluvia".

Solo sé que cuando la terminó de ver se me echó encima (dígase un abrazo) y se puso a llorar como jamás había llorado. No es porque yo lo sepa, es que lo decía ella.

Y yo solo podía girarme lo justo que me permitía su estrujón y darle besos en la cara.

Los perretes cuando lamemos  en realidad damos besos. ¡Qué se sepa!

Este soy yo de súper pequeño.


La historia, mi historia, es que Borja siempre ha querido un perro. 

Desde pequeñajo era lo único que pedía, pero claro, como reconoció él más tarde (porque Borja es muy majo y a veces nos dice cosas que nos quedamos patidifusos), que de pequeño no hubiera podido cuidarme y que para Pilar era mucha responsabilidad cuidar de los dos.


Aquí estoy con Borja viendo la tele.

Me encanta estar rozando a mi familia. Los maños somos así, roceros. 

Pilar siempre cuenta que cuando nací la llamó el criador (que luego resultó ser un pelín sinvergüenza), y que le dijo literalmente, "ahora hay que esperar que salga de vida".

Qué expresión tan bonita y a la vez tan extraña.

Pues sí, "salí de vida". Y el 24 de febrero (soy de la cosecha del 2015) en mi casa lo celebramos mucho. 

Me compran un juguete nuevo y me dan comida especial. ¡Sí es que son más majos¡

Reconozco que de cachorro era lo peor.

Rompía o me comía todo lo que se me ponía por delante.

Zapatillas, gafas, cargadores de teléfono, chanclas, el fuet con el plástico, el pan bimbo también con plástico.

Mis cagadas estrellas fueron dos.

Primera.- Me comí un boli verde. Estuve malísimo. Cagaba y vomitaba verde. Pilar me miraba y pensaba; "Madre Mía Lincoln la que has liado".

Segunda.- Pilar estuvo en un jurado (ya no me acuerdo de qué) y esa noche me zampe las votaciones. ¡Tal cual!

Así que la pobre tuvo que decirle a una compañera, dime que has votado porque no me acuerdo de las mías.

A mí esta anécdota me sigue haciendo mucha gracia, la del boli no, porque estuve muy jodido, la verdad.


Esta foto por ejemplo, me delata.

Luego tuve una época Muuuyyyy larga en la que me daba por comer palos. Ahí sí que ponía súper macarra. No consentía que nada ni nadie me lo quitase. Sacaba mis dientes de labrador y hubiese mordido a cualquiera, hasta a mi familia.

Ahora paso mucha vergüenza contándolo, pero es que era así. Yo tampoco me lo explico.

Lo malo es que luego los cagaba y eso era horroroso. Pilar me miraba y me decía, "pero qué burro eres Lincoln, pero que burro eres" .

Y es verdad, era muy burro.

Os dejo unas foticos de cachorro donde estoy súper majo, aunque Pilar sigue diciendo que soy "El perro más bonito de la galaxia".

La familia es lo que tiene.



La verdad es que soy un tanto "especial" por no decir "raro de cojones".

Si está Jose en casa me pongo de los nervios para que me saque y estoy ahí, ahí, dándole la brasa con cara de víctima hasta que lo consigo.

También os digo que es muy "blandengue" y me cuesta poco.

Sin embargo, si no está él, no le doy la páliza a nadie. Me sacan cuando pueden y ya está. Y yo, inexplicablemente tan feliz.

Tengo más manías, claro.

Por ejemplo, si Pilar abre la nevera allí estoy yo con cara de angelico para que me caiga algo de comer. Y la verdad es que algo siempre cae.

De hecho, Pilar y yo nos lo comemos todo a medias. Sea queso (me encanta el queso), un trocico de pavo, un cacho de pan untando en cualquier cosa. Todo me viene bien, pero reconozco que soy absolutamente carnívoro, igual que Jose y Borja.

Dame un cacho de carne y tendrás un Lincoln Feliz.

Ahora os hablo del tema "me gusta jugar"

Me gusta jugar claro, soy un perrete, pero es muy curioso, si alguien de la familia se pone a limpiar (nunca Borja, je¡ je¡ je¡) yo tranquilo, pero como Pilar agarre la mopa o la aspiradora, se despierta el Braveheart que hay en mí y me pongo como un loco.

La culpa es suya. Desde que soy cachorro me está estimulando con esas cosas, y claro, uno no es de piedra.

Os iba a dejar un vídeo ilustrativo pero veo que cuando lo cuelgo la resolución es una mierda, así que os lo imagináis.

Por cierto, que no se me olvide nombrar a mi hermano Dobby.

Bueno en realidad es de otra camada, pero somos de la misma tripa.

Lo cierto es que éramos muy bestias, pero nos lo pasábamos en grande. 

Hay otra cosa que me pasa. Pilar dice que estoy de psicólogo o psicóloga, porque en esta casa usamos el lenguaje inclusivo.

No soporto estar fuera de nuestra casa.

Cuando vamos de viaje y mira que yo no debería saltar,  (luego os explico el por qué), aún no han abierto el maletero del coche y ¡ZAS! yo ya estoy dentro.

Es un milagro de la naturaleza. Os lo juro. 

Vamos a cualquier sitio y si uno de la familia se va a cualquier recado, me quedo en la puerta llorando.

No entienden que quiero proteger a mi familia y que si se me dispersan no soy capaz. Que vale que molo, pero no me puedo multiplicar.

Hubo una vez que lloré de verdad.

Me operaron de la pata. Me rompí el ligamento. Me dolía tanto que lloré, pero de verdad. No es ese quejido lastimero que nos sale a los perretes, NO, era humano.

El bueno de Jose se levantó de la cama, puso una colcha en el suelo a mi lado y así pasamos la noche.

Y oye, me dolía menos.

Es lo que tienen las "cosas del querer".

Os dejo algunas fotos para que veáis viendo lo guaperas que sigo.


Con Borja en Asturias. Me encanta Asturias y por supuesto, me encanta Mi Borja. 

La palabra "Amor" se define en esta foto. 

Te quiero Borja¡¡¡


Otra de Asturias con Jose y Pilar.

Me encanta esta foto. A Pilar también,nos tiene en la nevera de casa. Os lo prometo. 

Ahora un par en la cama. 

Como estoy viejete y me cuesta saltar ya no la invado, pero es algo que me hacía muy feliz. 


Esta foto me gusta mucho. Estoy con Pilar en Asturias en el precioso Cabo Peñas. Me gusta porque Pilar está más joven, no como ahora. Yo sigo igual de estupendo, de fachada claro, porque luego os cuento mis múltiples achaques. 

Voy a contaros algunas cosas de Pilar, que al fin y al cabo se nos ha ocurrido a los dos escribir esto. 

Siempre ha sido la más juguetona de la familia. Desde el principio.

Cuando llega a casa entra pegando voces. Me dice, Linconcete, Linconchun, Lincoln, Mi rubio precioso y me empieza a perseguir  cuando he conseguido encontrar mi juguete de turno. Soy incapaz de jugar si no llevo mi juguete en la boca (esto me lo tengo que mirar).

De repente le da el siroco y se pone a cantarme a la vez que me acaricia.  Eso mola.

Mi sitio preferido del Mundo Mundial es estar debajo de su mesa.

Pero solo si está ella sentada.

Como sabe que moverme me supone dolor, a veces, estoy allí y la moza tiene que hacer algo, pero sabe que si se levanta yo me levanto también y se queda rato y rato por no hacerme sufrir.

Maja que eres¡¡¡¡

La tía es bastante gamberra y eso que ya ha cumplido 60, bueno, yo he cumplido 8, que ya sabéis que los perretes tenemos la maldición de cumplir de 7 en 7, pero vaya, de momento sigo siendo más joven que ella. 

Je¡Je¡

Os voy a poner una foto con los rinocerontes de Zaragoza, que no sé qué hacen estos fulanos en nuestra ciudad.

Pilar no se pudo resistir.


Venga, estoy soy yo, muy digno.

Por cierto, esta es Olga, mi madrina el primer día que llegué a nuestra casa. 

Si tengo madrina qué os pasa??? 

Os cuento mis achaques.

Como buen labrador, tengo los huesos fatal.

Artrosis, displasia en los codos, alérgico a no sabemos que, con la tiroides pallá, operado del ligamento y de los huevecillos.

Borja nunca me quiso castrar. Como era muy majo le preocupaba que me cambiase el carácter, pero con los años me salieron unos tumores y hubo que pasar la tijera.

Total, que los tumores benignos, y que ya capado tampoco valía para mucho por que el instinto de macho alfa lo tenía desarrollado.

Pero vaya, era necesario. 

Digamos que el Hospital Universitario Veterinario de Zaragoza hubo una época en la que hasta los caballos me llamaban por mi nombre. 

Conclusión

Todos los meses Jose (que es el que mola porque tiene el coche), me lleva a ver a Manuel (mi veterinario de confianza desde que soy pequeño) y su equipo.

Allí me cascan una inyección de algo para el dolor de huesos, me controlan la tiroides y sobre todo, me pesan a ver si he engordado (me enjaretan un pienso metabólico para que no engorde y paso más hambre que los maestros de escuela de la década de los 40).

Tengo tantos achaques que Pilar decidió (con buen criterio) comprar un pastillero solo para mí.

Ja¡ Ja¡ Ja¡

Oye, que nos va genial así. 

Cómo nos estamos poniendo un poco moñas, voy a terminar con un par de fotos divertidas.

Por supuesto Pilar no me preguntó si quería hacerlas o no.

Aquí van 

Otro día si nos apetece os contaré más cosas de mi vida de perrete.

De momento creo que os he metido un buen rollo.

Para terminar un pensamiento (Pilar y yo odiamos dar consejos)

Tener una mascota es como tener un hijo. Por mucho que te digan, hasta que no lo vives no lo entiendes.

Si te gustan un poco los seres vivos no personas humanas, no pierdas la experiencia.

Nos queremos tanto, tanto humanos y mascotas que merece la pena.

Hacedme caso, ya tengo 8 años perrunos. 


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